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Faltan 66 días...
Posted by Mairim Gómez Cañas
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lunes, abril 05, 2010
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placeres deportivos
Ya huele a Mundial. Se siente su sabor inconfundible a gol, a quiniela, a pasión. Hoy, cuando faltan 66 días para que inicie la fiesta mayor del planeta fútbol, rescato como preámbulo algo que escribí hace 6 años durante la Eurocopa de Portugal. Quizá en momentos pueda resultar un tanto… grosero, sí… pero el fútbol tiene vida, drama, rabia, belleza, bajezas, ironías, ilusión, arrogancia, descaro, alegría, dolor y, cómo no, groserías. ¿O creen que lo que se lee en los labios de un atacante cuando se le va por fuera el balón son flores?
El fútbol no es para mí cualquier cosa. Hay quienes lo ven sólo en mundiales, hay quienes lo disfrutan y hasta lo llegan a entender, están los fanáticos asérrimos de un club o selección y están los que hacen al balompié parte de sus vidas. Entre estos últimos, me cuento yo.
La leche es el fútbol
Hay quienes clasifican con la más pura, muchos realmente lo son; otros también, pero de la mala, y están los que simplemente llegan creyéndosela para luego derramarla. ¿Que de qué hablo?, pues de la leche. Fue así como hoy la anfitriona Portugal se la sacudió en la cara a España en el derby ibérico y Raúl y compañía consiguieron sendos boletos en primera clase, pero de regreso a casa.
Pero que mi sarcasmo no los confunda. No es que deseara visceralmente que perdiera España, lo que pasa es que en encuentros como este tengo un claro favorito: el fútbol.
Portugal llegaba agonizando; España salía al terreno no en una situación tan crítica, pero delicada también. Países vecinos, estadio a reventar de hinchas de ambas naciones, clasificación en juego, sabor a final. Un apretón de manos entre compañeros del Real Madrid y ahora rivales, moneda al aire y segundos después sonaba el silbato.
Con la esperanza en un pie y la determinación en el otro, se dispuso el ataque portugués a dejar el alma en el terreno mientras el medio campo y la defensa neutralizaban la avanzada española, que pasó casi desapercibida en los 45 iniciales ante la avalancha lusa que tuvo que enfrentar Casillas y su zaga. Finalmente, un Figo bien plantado en la primera mitad y parte de la etapa de complemento, con un Ronaldo europeo que se ganó la titularidad y que auguro dará que hablar en el futuro, más una brillante definición de Nuno Gomes a los 57, le dieron la victoria a Portugal.
España despertó de su letargo, pero tarde, y la suerte le cobró su mezquindad del primer tiempo, cerrando los travesaños para convertir dos goles en palos. Cambios. Entra un esperado Morientes, pero Iñaki Sáez se guarda a Valerón para tranquilidad de la afición portuguesa. No obstante, los últimos minutos fueron dramáticos con once defendiendo y once atacando. Bendita sea la obsesión de los DT de hacer sufrir a los fanáticos. ¿Scolari no sabe que si hasta al catenaccio le hacen goles, el riesgo se hace mayor en una selección con vocación de ataque? Además, ¿no demostraron 76 minutos que la mejor manera de defender es desbordarse dentro del territorio contrario? (¿¿¿¿Será que lo puedes entender, Trapattoni????).
Contrario a lo que pensaba, en Lisboa sólo una escuadra salió a buscar el partido y esa fue la lusitana. Y cómo no, si son los dueños de casa y la victoria, más que necesaria, ya se había convertido en deber patrio. Pero ¿y España? ¿No le debe acaso la selección española a su país una furia de goles en vez de la furia de frustraciones que se repite en cada Mundial y Eurocopa? El conformismo español colmó mi ansia de fútbol y me hizo volcarme de lleno al contrincante. Yo quería ver fútbol y Portugal me lo estaba dando.
Portugal lució grande frente a un rival de los grandes (en teoría). Así debió ser frente a Grecia y así debió serlo España también. De esa manera los pronósticos no se habrían venido al traste y tanto tascas como abastos habrían festejado hoy por igual. Ni modo.
Siguen días críticos. Italia al borde de la eliminación (para variar), al igual que Holanda, mientras una estela de dudas envuelve a Francia, Alemania e Inglaterra. Al equipo portugués hoy le vi unas ganas de hacer fútbol que no le he observado a ninguno de los otros equipos que se dan cita en esta Euro 2004, a excepción de la República Checa que de la mano de su figura Pavel Nedved, se ha venido creciendo en cada partido. El encuentro con Holanda y la manera en que remontaron un dos a cero hace a los checos, a mi parecer, serios candidatos a la etapa final. No en vano fueron los primeros en pasar a cuartos sin ningún tipo de sufrimientos.
Pero bueno, estoy nadando en el mar de las especulaciones y esas son aguas tan amplias y profundas como el Atlántico que nos separa del viejo continente. Si en un minuto se le puede dar vuelta a un marcador, imagínense lo que puede ocurrir en 90. Sólo me queda por decir a quienes, como yo, les gusta pronosticar resultados, que no deben dejar de lado un importante factor: la leche.
(Nota: qué desgracia que no me equivoqué en el vaticino sobre Cristiano Ronaldo. ¡Cómo detesto a CR9!)
El fútbol no es para mí cualquier cosa. Hay quienes lo ven sólo en mundiales, hay quienes lo disfrutan y hasta lo llegan a entender, están los fanáticos asérrimos de un club o selección y están los que hacen al balompié parte de sus vidas. Entre estos últimos, me cuento yo.
La leche es el fútbol
Hay quienes clasifican con la más pura, muchos realmente lo son; otros también, pero de la mala, y están los que simplemente llegan creyéndosela para luego derramarla. ¿Que de qué hablo?, pues de la leche. Fue así como hoy la anfitriona Portugal se la sacudió en la cara a España en el derby ibérico y Raúl y compañía consiguieron sendos boletos en primera clase, pero de regreso a casa.
Pero que mi sarcasmo no los confunda. No es que deseara visceralmente que perdiera España, lo que pasa es que en encuentros como este tengo un claro favorito: el fútbol.
Portugal llegaba agonizando; España salía al terreno no en una situación tan crítica, pero delicada también. Países vecinos, estadio a reventar de hinchas de ambas naciones, clasificación en juego, sabor a final. Un apretón de manos entre compañeros del Real Madrid y ahora rivales, moneda al aire y segundos después sonaba el silbato.
Con la esperanza en un pie y la determinación en el otro, se dispuso el ataque portugués a dejar el alma en el terreno mientras el medio campo y la defensa neutralizaban la avanzada española, que pasó casi desapercibida en los 45 iniciales ante la avalancha lusa que tuvo que enfrentar Casillas y su zaga. Finalmente, un Figo bien plantado en la primera mitad y parte de la etapa de complemento, con un Ronaldo europeo que se ganó la titularidad y que auguro dará que hablar en el futuro, más una brillante definición de Nuno Gomes a los 57, le dieron la victoria a Portugal.
España despertó de su letargo, pero tarde, y la suerte le cobró su mezquindad del primer tiempo, cerrando los travesaños para convertir dos goles en palos. Cambios. Entra un esperado Morientes, pero Iñaki Sáez se guarda a Valerón para tranquilidad de la afición portuguesa. No obstante, los últimos minutos fueron dramáticos con once defendiendo y once atacando. Bendita sea la obsesión de los DT de hacer sufrir a los fanáticos. ¿Scolari no sabe que si hasta al catenaccio le hacen goles, el riesgo se hace mayor en una selección con vocación de ataque? Además, ¿no demostraron 76 minutos que la mejor manera de defender es desbordarse dentro del territorio contrario? (¿¿¿¿Será que lo puedes entender, Trapattoni????).
Contrario a lo que pensaba, en Lisboa sólo una escuadra salió a buscar el partido y esa fue la lusitana. Y cómo no, si son los dueños de casa y la victoria, más que necesaria, ya se había convertido en deber patrio. Pero ¿y España? ¿No le debe acaso la selección española a su país una furia de goles en vez de la furia de frustraciones que se repite en cada Mundial y Eurocopa? El conformismo español colmó mi ansia de fútbol y me hizo volcarme de lleno al contrincante. Yo quería ver fútbol y Portugal me lo estaba dando.
Portugal lució grande frente a un rival de los grandes (en teoría). Así debió ser frente a Grecia y así debió serlo España también. De esa manera los pronósticos no se habrían venido al traste y tanto tascas como abastos habrían festejado hoy por igual. Ni modo.
Siguen días críticos. Italia al borde de la eliminación (para variar), al igual que Holanda, mientras una estela de dudas envuelve a Francia, Alemania e Inglaterra. Al equipo portugués hoy le vi unas ganas de hacer fútbol que no le he observado a ninguno de los otros equipos que se dan cita en esta Euro 2004, a excepción de la República Checa que de la mano de su figura Pavel Nedved, se ha venido creciendo en cada partido. El encuentro con Holanda y la manera en que remontaron un dos a cero hace a los checos, a mi parecer, serios candidatos a la etapa final. No en vano fueron los primeros en pasar a cuartos sin ningún tipo de sufrimientos.
Pero bueno, estoy nadando en el mar de las especulaciones y esas son aguas tan amplias y profundas como el Atlántico que nos separa del viejo continente. Si en un minuto se le puede dar vuelta a un marcador, imagínense lo que puede ocurrir en 90. Sólo me queda por decir a quienes, como yo, les gusta pronosticar resultados, que no deben dejar de lado un importante factor: la leche.
(Nota: qué desgracia que no me equivoqué en el vaticino sobre Cristiano Ronaldo. ¡Cómo detesto a CR9!)
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