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Bravissimo Bocelli
Posted by Mairim Gómez Cañas
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domingo, abril 26, 2009
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Placeres Musicales
Sobrecogedor. Al momento de iniciar su estupenda ejecución la Orquesta Sinfónica de la Juventud Simón Bolívar cerca de las 9 de la noche, el frío y frondosidad reinante en Sartenejas lograba el maridaje perfecto para crear una atmósfera que nos llevaba hasta la Toscana, inolvidable tierra… tan inolvidable como uno de sus hijos: Andrea Bocelli. La obertura del Barbiere de Siviglia de Rossini interpretada por los músicos para iniciar el concierto, pronto dio paso a La Donna e’ Mobile de Verdi y la voz del tenor italiano inundó de dicha el recinto.
Bocelli habló poco. Sus tímidos “grazie” y su sonrisa, la más dulce que en lo particular he visto jamás, eran más que suficientes. Acompañado de la soprano mexicana Olivia Gorra y el barítono Gianfranco Montresor, el artista toscano interpretó piezas que fueron desde lo clásico de la ópera hasta lo franco del cancionero popular, deleitando a todos los que estábamos conscientes de lo grandioso que teníamos al frente.
Tras la interpretación de Intanto amici qua… Brindisi de la Cavalleria Rusticana, Bocelli se retiró dejándole la tarima a Montresor, quien regaló a la audiencia el Te Deum de La Tosca de Puccini con su vibrante voz. De inmediato, Gorra hizo lo propio con O, mio bambino caro, también de Puccini. Al finalizar su hermosa actuación, Andrea regresó y con ella hizo una sublime interpretación de Viene la sera de Madame Butterfly. La primera parte del espectáculo concluyó con el Brindisi de la Traviata.
Luego del fin de la pausa de 20 minutos, quizá algunos más, anunciada en inglés por los altavoces, el concierto se reanudó con la presentación del excepcional flautista Andrea Grimelli , interpretando La Ciarda de Monti y Flight of The Bumblebee de Rimsky Korsakov. Llegó entonces el encanto a Caracas. Bocelli retornó al escenario para cantar Voglio vivere così, Viene sul mar y Mamma, de su más reciente álbum, Incanto, el cual le da nombre a la gira.
Más adelante, Andrea se dirigió en italiano al auditorio para decir que con todo el respeto iba a cantar en español, que le disculparan cualquier error y que iba a hacerlo lo mejor posible. Dibujó su sonrisa, ¡más dulce que nunca!, y todos sonreímos con ella. Al instante, "En Aranjuez con tu amor" y "Granada" cobraron vida y estremecieron almas. Las mismas que estallaron luego de Funiculì, Funiculà, que reunió al tenor, la soprano, el barítono y el coro junto a la orquesta, todos bajo la dirección de Eugene Kohn.
Bocelli presentó a sus acompañantes y dio nuevamente las gracias, en especial al coro y la orquesta, a quienes exaltó por tanto “cuore” en medio de tanto “freddo” y algunas dificultades técnicas que se sucedieron. La velada estaba por concluir.
“Bésame mucho”, la soñada Con te partirò y Nessum Dorma de Turandot cerraron el concierto dejando al público de pie y pidiendo más. El italiano complació. Volvió al escenario bromeando al decir que ya estaban idos, pero se regresaron y nuevamente cantó la Donna e’ Mobile. La noche concluyó perfecta, circular e infinita.
Momentos ingratos
Los “inconvenientes” de la noche de este 25 de abril en la cancha de fútbol de la Universidad Simón Bolívar convertido en auditorio los dejamos para el final, pues lo esencial aquí es resaltar lo extraordinario de un talento como Andrea Bocelli que fue capaz de abstraernos y hacernos olvidar la cantidad de gente que llegó tarde y, peor aún, la que continuamente se atravesó en medio del espectáculo para abastecerse de Whisky a 55 BsF, churros y tequeños. La falla de iluminación en los atriles de los músicos y que provocó una suspensión de cinco minutos durante la primera parte del concierto, fue realmente menor en comparación con lo anterior descrito.
¿Que la cosa se puso difícil para acceder? Correcto. Pero con un concierto pautado para las 8 de la noche, por más intrincada que se tornara la vía y el estacionamiento, no se justifica que todavía pasadas las 9 y 30 de la noche siguiera llegando gente. Eso ya es impuntualidad y más nada. Conscientes del lugar, la capital venezolana y el tipo de espectáculo, salir rumbo a la Simón como muy tarde a las 7 y 30 de la noche era lo indicado. El colmo fue que los acomodadores estuvieron caminando de un lado a otro con filas de gente, tratando de ubicar asientos con linternas en mano, en vez de sentar a las personas demoradas en las sillas vacías más cercanas a la entrada para así no fastidiar a quienes llegamos con tiempo.
¿Pero qué tienen en la cabeza ciertos venezolanos? Lo de los celulares apagados, que tanto lo exigían los altavoces antes de entrar a la cancha, era reamente una utopía considerando nuestra idiosincrasia y el recinto en cuestión. El hecho de tomar fotos y grabar video se puede decir que es hasta tolerable si se hace de manera discreta y no tapando la visión del que está atrás en medio de lo llano del campo, pero guindarse a HABLAR POR TELÉFONO en medio de La Traviata ¡ya es como demasiado, pienso yo! Lo de buscar caña y comida ya lo puse más arriba y no lo pienso desarrollar más allá porque entro en cólera. Algo similar ya me pasó con Elton John en el Eurobuilding.
La salida, caos total. Como el Poliedro luego de una despedida o reunión de Soda Stereo.
Los chismes
Caras conocidas de los medios de comunicación, empresarios y clase alta caraqueña se divisaron entre la parte baja y más cercana al escenario. Una tribuna ubicada por encima de las gradas generales y de exclusivo acceso, con un gran toldo blanco, donde mesoneros a juego servían bebidas en vasos de vidrio, hizo a muchos pensar en la inminente llegada de alguna alta personalidad política, más cuando ya era por todos conocida la reunión del presidente venezolano con Andrea Bocelli horas antes del espectáculo y en donde el mandatario tuvo la osadía de cantarle. No comments.
Se insistió en que Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador, estaría presente según habrían revelado sus escoltas a mi fuente. Dicen incluso que el otrora presidente del CNE tenía preparado un violín para regalarle al visitante de Italia, pero se echó para atrás, quizá por temor a un abucheo masivo. Rumores, son solo rumores.
Bocelli habló poco. Sus tímidos “grazie” y su sonrisa, la más dulce que en lo particular he visto jamás, eran más que suficientes. Acompañado de la soprano mexicana Olivia Gorra y el barítono Gianfranco Montresor, el artista toscano interpretó piezas que fueron desde lo clásico de la ópera hasta lo franco del cancionero popular, deleitando a todos los que estábamos conscientes de lo grandioso que teníamos al frente.
Tras la interpretación de Intanto amici qua… Brindisi de la Cavalleria Rusticana, Bocelli se retiró dejándole la tarima a Montresor, quien regaló a la audiencia el Te Deum de La Tosca de Puccini con su vibrante voz. De inmediato, Gorra hizo lo propio con O, mio bambino caro, también de Puccini. Al finalizar su hermosa actuación, Andrea regresó y con ella hizo una sublime interpretación de Viene la sera de Madame Butterfly. La primera parte del espectáculo concluyó con el Brindisi de la Traviata.
Luego del fin de la pausa de 20 minutos, quizá algunos más, anunciada en inglés por los altavoces, el concierto se reanudó con la presentación del excepcional flautista Andrea Grimelli , interpretando La Ciarda de Monti y Flight of The Bumblebee de Rimsky Korsakov. Llegó entonces el encanto a Caracas. Bocelli retornó al escenario para cantar Voglio vivere così, Viene sul mar y Mamma, de su más reciente álbum, Incanto, el cual le da nombre a la gira.
Más adelante, Andrea se dirigió en italiano al auditorio para decir que con todo el respeto iba a cantar en español, que le disculparan cualquier error y que iba a hacerlo lo mejor posible. Dibujó su sonrisa, ¡más dulce que nunca!, y todos sonreímos con ella. Al instante, "En Aranjuez con tu amor" y "Granada" cobraron vida y estremecieron almas. Las mismas que estallaron luego de Funiculì, Funiculà, que reunió al tenor, la soprano, el barítono y el coro junto a la orquesta, todos bajo la dirección de Eugene Kohn.
Bocelli presentó a sus acompañantes y dio nuevamente las gracias, en especial al coro y la orquesta, a quienes exaltó por tanto “cuore” en medio de tanto “freddo” y algunas dificultades técnicas que se sucedieron. La velada estaba por concluir.
“Bésame mucho”, la soñada Con te partirò y Nessum Dorma de Turandot cerraron el concierto dejando al público de pie y pidiendo más. El italiano complació. Volvió al escenario bromeando al decir que ya estaban idos, pero se regresaron y nuevamente cantó la Donna e’ Mobile. La noche concluyó perfecta, circular e infinita.
Momentos ingratos
Los “inconvenientes” de la noche de este 25 de abril en la cancha de fútbol de la Universidad Simón Bolívar convertido en auditorio los dejamos para el final, pues lo esencial aquí es resaltar lo extraordinario de un talento como Andrea Bocelli que fue capaz de abstraernos y hacernos olvidar la cantidad de gente que llegó tarde y, peor aún, la que continuamente se atravesó en medio del espectáculo para abastecerse de Whisky a 55 BsF, churros y tequeños. La falla de iluminación en los atriles de los músicos y que provocó una suspensión de cinco minutos durante la primera parte del concierto, fue realmente menor en comparación con lo anterior descrito.
¿Que la cosa se puso difícil para acceder? Correcto. Pero con un concierto pautado para las 8 de la noche, por más intrincada que se tornara la vía y el estacionamiento, no se justifica que todavía pasadas las 9 y 30 de la noche siguiera llegando gente. Eso ya es impuntualidad y más nada. Conscientes del lugar, la capital venezolana y el tipo de espectáculo, salir rumbo a la Simón como muy tarde a las 7 y 30 de la noche era lo indicado. El colmo fue que los acomodadores estuvieron caminando de un lado a otro con filas de gente, tratando de ubicar asientos con linternas en mano, en vez de sentar a las personas demoradas en las sillas vacías más cercanas a la entrada para así no fastidiar a quienes llegamos con tiempo.
¿Pero qué tienen en la cabeza ciertos venezolanos? Lo de los celulares apagados, que tanto lo exigían los altavoces antes de entrar a la cancha, era reamente una utopía considerando nuestra idiosincrasia y el recinto en cuestión. El hecho de tomar fotos y grabar video se puede decir que es hasta tolerable si se hace de manera discreta y no tapando la visión del que está atrás en medio de lo llano del campo, pero guindarse a HABLAR POR TELÉFONO en medio de La Traviata ¡ya es como demasiado, pienso yo! Lo de buscar caña y comida ya lo puse más arriba y no lo pienso desarrollar más allá porque entro en cólera. Algo similar ya me pasó con Elton John en el Eurobuilding.
La salida, caos total. Como el Poliedro luego de una despedida o reunión de Soda Stereo.
Los chismes
Caras conocidas de los medios de comunicación, empresarios y clase alta caraqueña se divisaron entre la parte baja y más cercana al escenario. Una tribuna ubicada por encima de las gradas generales y de exclusivo acceso, con un gran toldo blanco, donde mesoneros a juego servían bebidas en vasos de vidrio, hizo a muchos pensar en la inminente llegada de alguna alta personalidad política, más cuando ya era por todos conocida la reunión del presidente venezolano con Andrea Bocelli horas antes del espectáculo y en donde el mandatario tuvo la osadía de cantarle. No comments.
Se insistió en que Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador, estaría presente según habrían revelado sus escoltas a mi fuente. Dicen incluso que el otrora presidente del CNE tenía preparado un violín para regalarle al visitante de Italia, pero se echó para atrás, quizá por temor a un abucheo masivo. Rumores, son solo rumores.