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Limón y Sal

Posted by Mairim Gómez Cañas on lunes, noviembre 24, 2008 in


A pesar de la precariedad de los aforos caraqueños para los conciertos, la oportunidad de disfrutar de un artista de buen nivel en nuestro convulsionado país, siempre se agradece. Hace unas semanas estuvo de visita la cantautora mexicana Julieta Venegas. Premios Grammy, MTV Latino, discos de platino y la devoción de tantos fans no son en vano. Ahora más que nunca puedo decirlo con propiedad.

Tras disfrutar de casi dos horas del talento de la “mujer orquesta”, como la denominé tras verla interpretar sus canciones acompañada de la guitarra, el piano y su ya emblemático acordeón, tengo que decir que valió la pena haber sorteado el estacionamiento del Sambil, tanto al momento de llegar como para salir, la cola de la Libertador a las 7 de la noche y aguantar las gotas de lluvia que precedieron su show en el anfiteatro junto a la venezolana Mariana Vega que calentó los motores haciendo gala de un muy buen nivel.

Julieta vino por tercera vez a Venezuela para deleitarnos con el repertorio de su exitoso MTV Unplugged. Más de una decena de músicos hizo vibrar instrumentos de viento, cuerdas, percusión y hasta un serrucho. Sí, un serrucho que se acopló entre las melodías que fueron desde el pop rock, hasta la música norteña mexicana, pasando por el bolero, el tango y la ranchera. Una selección de sus más reconocidas piezas luciendo renovados arreglos. Cuando versionó la más que conocida canción de Los Rodríguez “Sin documentos” brinqué de la silla emocionada y reflexioné para mis adentros: “esto es lo más cerca que voy a estar este año de escuchar en vivo a Calamaro” (¡Sin más comentarios que agregar sobre eso!)

La artista dialogó constantemente con los que estábamos presentes. Nos invitó a seguir al ritmo de las palmas la música, pues los venezolanos tenemos “buen ritmo”. Así nos lo manifestó antes de cantar y bailar “Primer día”. Fue un encuentro franco y ameno con una pana más que antes de darle entrada a “De qué me sirve”, nos recordó con sabrosa ironía que mientras “los novios son para un rato, los ex son para siempre”. Las risas cómplices de la audiencia se hicieron sentir de inmediato.

Julieta habla rápido, ella misma lo admitió en la rueda de prensa que ofreció un día antes de comenzar sus presentaciones en Caracas. Allí recuerdo que comentaba cómo a través de su myspace mantiene contacto con agrupaciones venezolanas como “Jóvenes y Sexys”; y justo hurgando por ahí me conseguí con un mensajito de ella para estos venezolanos: (sic) “hola cheky y loocila, oye cheky, estás en caracas no? voy a tocar el fin de semana, quieres venir? te invito... loocila! el otro día te vi caminando por coyoacan, te reconocí luego luego! les mando un beso a los dos, oigan, estuve buscando su ep y no lo pude conseguir, ayyy!!! Besosss”. Espontánea, natural, honesta. Así es ella y así se mostró al público que se congregó en el Sambil.

El concierto culminó pasadas las 10 de la noche. Justo al lado mío, una adolescente de no más de 15 años había coreado desgarrada cada una de las piezas al tiempo que tomaba fotos con su celular, mientras su madre la contemplaba y sonreía satisfecha. Momentos de placer para ambas que seguro fueron compartidos al día siguiente con compañeras de colegio y, cómo no, de trabajo, en el caso de la incondicional mamá. Yo por mi parte me iba con la satisfacción de haber disfrutado la madurez interpretativa de esta mexicana que cumple hoy, 24 de noviembre, 38 años (aunque no lo parezca) y que cuenta con más de una década de carrera musical reinventándose con su estilo “personal” y “cambiante”, como ella misma lo definió.

Recomendación: Al llegar al Sambil realizar de una el prepago del estacionamiento calculando unas cuatro horas de estadía. Lo agradecerán cuando vean las colas para pagar a la salida; fácil podrían pasar 45 minutos oliendo monóxido de carbono allí. No está demás una sombrillita edición de bolsillo en la cartera, considerando lo inestable de nuestra cotidiana tropicalidad. Si nunca ha ido al anfiteatro, al momento de adquirir su entrada para cualquier show en ese recinto, no le dé pena preguntar ubicación exacta de la zona donde está comprando. Así se evita sorpresas.
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