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Elegancia y confort con sabor Caribe

Posted by Mairim Gómez Cañas on miércoles, julio 15, 2009 in
Erigido por el Teniente General Barón Krayenhoff, en 1828, el Rif Fort fue fiel centinela de la bahía de Santa Anna en el siglo XIX. Sus coralinos muros de más de un metro de espesor frustraban las ambiciones de filibusteros y enemigos ávidos de las riquezas de Willemstad, capital de las Antillas Neerlandesas. Las cosas han cambiado. Ahora la antigua fortaleza le dice “Bon bini” a los forasteros ofreciendo galerías de arte, restaurantes, tiendas y un fascinante refugio pleno de color y sabor Caribe.

Es ahí, en Otrobanda, en pleno corazón de esta isla tan cercana que nos hace sentir como en casa, que se alza el flamante Renaissance Curaçao Resort & Casino acoplándose con esplendor al pasado colonial de una ciudad designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. “El hotel fue concebido con una arquitectura colonial para guardar armonía con los colores curazoleños. Se construyó sobre un terreno que se le ganó al mar”, explica Peggy Muzo, gerente de Ventas del resort.

Cálida y jovial, vestida de verde y blanco, Muzo nos cuenta que muy cerca de donde ahora se encuentra el lobby había un puente que variaba su nombre según la dirección en la que se tomaba. De ida era “Montar cacho” y de regreso “Ven a encontrarme”. Dicho esto, es difícil no dejar escapar una sonrisa maliciosa. Enseguida, Peggy nos señala en la entrada un enorme cuadro en colores arcillosos que, como una ventana con vista al pasado, mantiene viva la esencia del lugar.

Cada una de las instalaciones del Renaissance, incluyendo sus 237 habitaciones, fusiona la historia y el presente caribeño con exquisita sofisticación europea. Si es que todavía le quedara algún agobio citadino luego de sentir la brisa que incondicional acompaña a los isleños durante casi todo el año, todo se desvanecerá apenas coloque un pie en el lobby y vea el detalle de las columnas, los atrevidos colores en las alfombras, la suprema lámpara en el techo, el resplandor de la escalera de cristal iluminando cada paso y el inmenso azul que parece traspasar los ventanales panorámicos. Pero guarde algo de aliento, que lo mejor está marcando el piso número dos en el ascensor: una piscina con vista infinita y su más preciada joya, la Eternity Beach.

La privilegiada ubicación del hotel, al lado del puerto y a pocos metros del puente Queen Emma que comunica a Otrobanda con la histórica y comercial Punda, ponían cuesta arriba ofrecer una playa de calidad; pero de ninguna manera, enfatiza Peggy Muzo, estaban dispuestos a privar a sus huéspedes de la dicha de caminar por una fina arena y nadar en saladas aguas cristalinas. Es así como los arquitectos idearon una soñada playa artificial cuyo borde se pierde con el profundo Mar Caribe en el horizonte. Una paleta de azules tan tentadora que hasta algunas estrellas abandonaron el celeste para sumergirse en el vibrante aguamarina.

En la playa se encuentra el Infinity Beach Bar con un fresco menú que incluye ensaladas, sandwiches y entradas para compartir. Pregunte por el coctel del día al bartender o escoja alguno de la carta. El daiquirí de mango, es un deleite. Ahora, si lo que desea es darle rienda suelta al placer de comer, el restaurante Nautilus ofrece durante todo el día en su buffet una variada selección de platillos internacionales con estaciones de omelette para el desayuno, pasta para el almuerzo y wok en la cena. También hay cocina a la carta.

Destaca Jacqueline Mora, gerente de Ventas para América Latina del Renaissance, que la excelente gastronomía es una marca de esta cadena de hoteles y es nada menos que un paisano venezolano quien lleva las riendas de la cocina del resort en Curazao, haciendo que cada bocado nos llene de orgullo tricolor.

Si se siente con suerte, justo al frente de la recepción se encuentra el casino más grande de la isla. Inspirado en el famoso Carnaval antillano, cuenta con las más modernas máquinas de juegos y luces. El lema aquí es olvidarse de todo, celebrar y pasarlo bien, por eso cada noche hay shows en vivo. Los más afortunados no solo podrán cargar con premios en metálico, desde que el hotel abrió sus puertas tres exclusivos autos han sido entregados. Quién sabe si el próximo se venga a Venezuela.

Y hay más. Senderos bordeando el mar, fuentes y galerías que los llevarán hasta un spa, decenas de tiendas de las más reconocidas firmas, restaurantes para todos los paladares y hasta un cine de seis salas con los más recientes estrenos complementan este soberbio paraíso turístico ubicado a tan sólo unos 50 kilómetros de las costa falconiana.

“Dushi Korsou”

Dele un descanso a las compras de perfumes y demás cosméticos. En un día puede visitar muchas de las bellezas naturales de la isla y terminar la jornada en una de sus 40 playas. Operadores turísticos como Curaçao-Actief y Explore Curaçao se encargarán de organizar los paseos y aventuras a su gusto. Las opciones son numerosas y variadas. Desde visitar los diferentes fuertes, como el Fort Nassau, donde se observa una bella vista, hasta nadar con delfines, relajarse en una playa oceánica, caminar a través del Parque Nacional Christoffel o adentrarse en grutas formadas por fósiles de coral.

El papiamento, idioma oficial de la isla, no podría ser más representativo de la mezcla de culturas que conviven armoniosamente en Curazao, con raíces portuguesas, españolas, holandesas y africanas. Se siente en su arquitectura, sus sabores y su gente. “Dushi” es la palabra usada para denominar algo lindo, delicioso o dulce como las fachadas de los edificios de Punda, los batidos de frutas tropicales en la calle y la hospitalidad de los curazoleños. Al final del día, de regreso en el hotel, viendo el mar desde la ventana, las palabras que vendrán a su mente serán “danki, dushi Korsou” (gracias, dulce Curazao).

Renaissance en números

· 4 pisos, 223 habitaciones, 14 suites
· 12 restaurantes, incluyendo cafés, bares y heladerías
· 4 salas de reuniones, 799 metros cuadrados de espacio total para reuniones
· 1 Casino
· 2.973 metros cuadrados de playa
· 1 piscina
· 1 Fitness Center
· 1 Spa
· 1 Cine, 6 salas
Y decenas de tiendas en Renaissance Mall

Maleta lista

· Un fin de semana en ocupación doble está entre los 450 y 650 dólares dependiendo del tipo de habitación
· Los paseos cuestan entre 50 y 150 dólares por persona. Los niños tienen tarifa reducida.
· Avior viaja los días miércoles, viernes y domingo. La tarifa en clase oficial es de BsF. 1.055 por persona.

Más información en www.avior.com.ve, www.escala.com.ve, www.turaser.com, http://www.curacao-actief.com/ y www.explore-international.com


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